Vox y «Pin parental»:

https://www.elespanol.com/espana/politica/20200117/pin-parental-exige-vox-gobierno-tacha-inconstitucional/460454870_0.html

Muchos os preguntaréis qué es el «Pin parental» y cuál es el motivo por el que está generando tanta polémica. El «pin parental» podría definirse como un movimiento apoyado y generado por el partido político español, VOX.

Este movimiento defiende la potestad de los padres para elegir si sus hijos deben asistir a charlas impartidas en los colegios e institutos de forma «extra escolar» sobre la sexualidad (LGTBIQ), siglas que hacen referencia a L-lesbiana, G-gay, T-transexual o tansgénero, B-bisexual, I-intersexual y Q-queer. Así como de la violencia machista que, a día de hoy sigue alcanzando cifras muy preocupantes en sociedades occidentales como podría ser la española.

NOTA:

Aquí me gustaría dejaros una serie de noticias sobre la persistencia de la violencia machista durante esta última década en España, id a echarles un vistazo, cada historia es peor que la anterior, si cabe:

https://elpais.com/sociedad/2020/01/13/actualidad/1578904768_080561.html https://elpais.com/ccaa/2020/01/12/madrid/1578822314_731914.html https://www.farodevigo.es/sociedad/2018/05/09/violencia-machista-dejo-ultima-decada/1887810.html

Y, aunque me entristece tener que decirlo, estas páginas solo muestran una pequeña parte de la sangrienta historia de España, y no alcanza ni un 5% de la violencia machista a nivel mundial. Creo que todos coincidiremos en que son cifras absolutamente aterradoras.

Retomando la polémica: muchos coincidiréis en que, como tutelares de los pequeños, los padres son los encargados de poder decidir la educación que quieren para sus hijos , y por tanto, criarlos en torno a los ideales de los mismos.

No obstante, también es lógico pensar que el gobierno y los propios institutos y colegios son los que promueven este tipo de actividades con el objetivo de que nuestra sociedad evolucione entorno a los valores de respeto e inclusión sin ningún tipo de discriminación por el género o sexualidad de una persona.

En una sociedad avanzada como la nuestra no creo que se le pueda llamar adoctrinamiento a un proceso que trata de educarnos como iguales independientemente de nuestras diferencias (sexuales y de género, en este caso) en todos los ámbitos de nuestra vida. No sé vosotros, pero me considero igual que alguien que pertenezca al colectivo LGTBIQ, y por supuesto, creo, apoyo y soy firme defensora de que hombres y mujeres somos absolutamente iguales y merecemos el mismo respeto.

Somos personas, y necesitamos que gente adulta y cualificada nos inculquen los valores necesarios para convivir en una sociedad sana y sin prejuicios. Necesitamos que nos eduquen en el respeto y el amor mutuo.

No necesitamos más motivos discriminatorios. Todos merecemos amor, respeto y cariño, y parte de este trabajo se realiza donde más tiempo pasan los niños: los colegios y los institutos.

La gente que lleva a cabo estas tareas son imprescindibles para el futuro de cualquier país.

Ya no creo que se trate solo de «temas socialmente controvertidos», esas charlas van más allá de nuestros ideales sobre la homosexualidad o sobre nuestra opinión sobre la mujer. Esos talleres y actividades sirven para enseñar el fundamento más importante y consolidado en el que deberían asentarse todas las sociedades: el respeto.

Puedo asegurar que yo me he criado en este mismo sistema y que, gracias al maravilloso trabajo de mis padres y de los voluntarios de ciertas organizaciones defensoras de los derechos humanos que venían a mi instituto a darnos charlas, hoy puedo decir que el respeto hacia el prójimo por muy distinto que sea a mí, me es innato, y sí, me siento muy orgullosa de ello.

Sí, para mí esas «charlas» importan. ¿Y para ti?

Podéis dejar vuestras opiniones y comentarios. Os leo.